Monarquía en movimiento: Estudio

Una de las dimensiones de estudio y acción del Laboratorio es la tecnología y en ese campo un área de interés son las humanidades digitales que podrían definirse como la aplicación de análisis computacional a los fenómenos que investigan las humanidades.

La itinerancia regia es precisamente uno de esos fenómenos, ya que en épocas pasadas los monarcas de los distintos reinos europeos se movían con sus cortes a lo largo y ancho del territorio para desplegar su autoridad y ejercer una variedad de funciones. Como en esa constante itinerancia los reyes emitían documentos podemos determinar sus recorridos y analizar ciertos patrones espaciales que permiten una mejor comprensión de la naturaleza de la monarquía, su relación con el territorio y sus habitantes, así como las circunstancias políticas y culturales que explican esa itinerancia.

En el Laboratorio se ha iniciado un proyecto de investigación para entender mejor la itinerancia del rey Alfonso VIII de Castilla (1158-1214) con un equipo compuesto por José Manuel Cerda (historiador medievalista), Sebastián Caro (humanista digital) y Francisca Díaz (ayudante de investigación). José Manuel Cerda es Doctor en Historia Medieval y tiene una diplomatura en Humanidades Digitales. Sebastián Caro es filósofo, programador, Magíster en Estudios Clásicos y Doctor en Educación. Francisca Díaz es historiadora y está finalizando un Magíster en Patrimonio Cultural.

¿Qué motiva la itinerancia regia, cuáles son sus características y qué patrones pueden observarse en estos movimientos? ¿Qué lugares son frecuentados por la corte y qué explica la ausencia de presencia regia en otras latitudes? ¿Qué consideraciones estacionales, climáticas, prácticas o funcionales determinan la itinerancia de la monarquía? ¿Qué pueden señalar estos patrones de movimiento respecto a fenómenos medulares de la institución monárquica y la historia política?

Todas estas son preguntas que han sido abordadas por historiadores con las metodologías propias de la investigación científica, aunque en realidad no se ha publicado tanto como la relevancia histórica de este asunto amerita. Pero este proyecto aporta al análisis del fenómeno una fundamentación georreferencial a partir de un procesamiento computacional que verifica o no la intuición del trabajo humano y tiene el potencial de abrir nuevas líneas y perspectivas de investigación.

La labor del profesor Cerda ha sido formular las bases del proyecto y los parámetros de análisis de las fuentes históricas, mientras que el profesor Caro ha realizado el trabajo de programación para el análisis computacional de los datos. Francisca Díaz ha llevado a cabo la recopilación y organización de las bases de datos a partir de los registros medievales.

Para la creación de la base de datos sobre la localización del rey Alfonso VIII de Castilla, se utilizó un enfoque sistemático y exhaustivo. La fuente principal fue el conjunto de diplomas regios recopilados por Julio González, que incluye un total de 927 documentos emitidos entre 1145 y 1217, entre ellos, un grupo correspondiente al reinado de Alfonso VIII (1158-1214). Un análisis geográfico permitió la geolocalización de 867 de estos documentos, descartando 13 como indudablemente falsos y 11 como sospechosos, debido a incongruencias en los itinerarios, discordancias en los firmantes o imposibilidad de las donaciones otorgadas. En la identificación de despoblados y villas de dudosa locación, como en el descarte de emisiones diplomáticas espurias o falsas, la asistencia a este proyecto del Dr. Félix Martínez Llorente (Universidad de Valladolid) ha sido muy valiosa.

Además, se integraron 52 diplomas adicionales recopilados por Carlos Estepa Díez, Ignacio Álvarez Borge y José María Santamarta Luengos en su obra Poder Real y Sociedad: Estudios sobre el reinado de Alfonso VIII (1158-1214). Finalmente, se agregaron fechas correspondientes al último año de vida de Alfonso VIII (1214), basadas en las investigaciones de Gonzalo Martínez Diez en Alfonso VIII: Rey de Castilla y Toledo (1158-1214). Esto resultó en un total de 995 diplomas y 938 locaciones con datación que permiten una reconstrucción tan acertada como es posible del itinerario regio. Esta recopilación no solo aportó nuevas locaciones, sino que también enriqueció y actualizó la base de datos, lo que ha sido fundamental para el desarrollo del proyecto.

A lo largo del proceso, se revisaron una variedad de fuentes narrativas que, aunque no aportaron nuevas localizaciones, fueron esenciales para el contexto histórico. Entre estas se encuentran la Crónica Latina de los Reyes de Castilla, así como Los Anales Toledanos I y II, y La Historia de los Hechos de España de Rodrigo Jiménez de Rada. Aunque se trata de obras que fueron redactadas con posterioridad al reinado de Alfonso VIII, ofrecen información geográfica que es congruente con las locaciones del diplomatario.

Sebastián Caro indica que su “experiencia liderando este proyecto de humanidades digitales en ha sido enriquecedora a la vez que desafiante. Por un lado, el proyecto Monarquía en Movimiento ha permitido fusionar mis intereses en filología clásica y estadística educativa de manera innovadora”. Para Francisca Díaz también ha sido una gran experiencia participar en este proyecto. “Me ha permitido combinar el rigor de la investigación histórica con nuevas tecnologías, facilitando el acceso y la comprensión de la historia. Ha sido un privilegio colaborar en un proyecto que expande las fronteras del conocimiento y abre nuevas y fascinantes posibilidades.”

Una vez establecidas las fuentes de información sobre los sitios desde los cuales la cancillería de Alfonso VIII expidió diplomas, la información fue tabulada en una planilla. Cada lugar fue geolocalizado de acuerdo con su latitud, longitud y altitud, denominado con su nombre original en los textos, generalmente en latín, y establecido su nivel de autenticidad.

El primer desafío consistió en la geolocalización de los lugares. En términos generales, se utilizaron para esta tarea mapas actuales, así como atlas y mapas medievales de la península ibérica [Monsalvo (2010). Atlas Histórico de la España Medieval]. Asimismo, se recurrió a diccionarios geográficos históricos de España, fundamentalmente el Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España de Madoz y el Diccionario Geográfico-Histórico de España de la Real Academia de la Historia. Sólo se estableció como definitiva una geolocalización que se refrendara en al menos tres de estas fuentes. En este proceso, se evidenciaron dificultades en la geolocalización de algunos lugares debido a cambios toponímicos o la desaparición de ciertas localidades a lo largo del tiempo. En este sentido, en los pocos casos críticos en que la información disponible no permitió establecer con seguridad la localización de una localidad, se consultó a especialistas hispanos en la materia. Finalmente, la altitud media se determinó a partir de información del Instituto Geográfico Nacional de España, así como de diversas plataformas topográficas.

En segundo lugar, la determinación de los nombres originales de los lugares visitados por el rey se realizó a partir de los textos originales de los diplomas en el texto de Julio González El Reino de Castilla en la época de Alfonso VIII. La interpretación de los nombres latinos añadió una segunda capa de complejidad al estudio. Los escribas medievales a menudo registraban los nombres según su comprensión fonética o regional, generando múltiples variantes para una misma localidad. Así, Valladolid, por ejemplo, es referida con las denominaciones de Valladolit, Valadolid, Vallemoletus o Vallesoletus, entre otras, lo que exigió una correlación cuidadosa con fuentes bibliográficas para asegurar su correcta identificación. En muchos casos, la forma ablativa en la que encuentran las localidades en los textos obligó a establecer una forma nominativa hipotética de acuerdo con las reglas de declinación del latín clásico, de modo que, por ejemplo, la localidad de Huete correspondía en el texto a la latina Opte, cuyo nominativo más seguro, según la tercera declinación latina, sería Ops. En muchos casos, el recurso a la nomenclatura original permitió resolver ambigüedades surgidas a partir de la denominación actual de ciertos lugares.

En tercer término, la autenticidad de los documentos constituyó otro aspecto crítico. Cada documento fue rotulado de tres categorías: “auténtico”, “sospechoso” o “falso”. La atribución del estatus de confiabilidad de cada diploma se estableció siguiendo las glosas y comentarios del texto base de la investigación, El Reino de Castilla en la época de Alfonso VIII de Julio González. Adicionalmente, se consideraron estudios monográficos posteriores, principalmente Alfonso VIII, rey de Castilla y Toledo (1158-1214) de Gonzalo Martínez Diez (2007) y Poder Real y Sociedad: Estudios sobre el reinado de Alfonso VIII de Carlos Estepa Diez (2011). Determinar la autenticidad implica análisis profundos de la paleografía, la estructura lingüística y las convenciones diplomáticas de la época que excede los objetivos iniciales del proyecto.

La versión final de la planilla que sintetiza los lugares y los metadatos geográficos, toponímicos y de confiabilidad presenta 1007 entradas. De estas, dos fueron eliminadas, bien por desconocer su ubicación (Solana, sólo visitada en una oportunidad el 9 de diciembre de 1212), bien por parecer a los investigadores una visita del todo improbable, en el caso de un diploma evacuado en la localidad germana de Seligenstadt el 23 de abril de 1188, año en que el rey Federico I Barbarroja estableció su corte en la ciudad. Dados el carácter excepcional de una visita tal fuera del territorio del reino Castilla, la enorme distancia que los separa, refrendado, además, por las estadías inmediatamente anterior y posterior (el 16 y el 25 de abril en Toledo), lo que significaría un viaje de más de 1.700 kilómetros en algunos días, así como la confirmación del documento por el canciller Juan, la presencia del rey en esta ubicación resulta insostenible.

A efectos de la visualización en el mapa interactivo desarrollado en la siguiente fase, se eliminaron 122 adicionales que carecían de datos geográficos o temporales completos. De esta manera, en la implementación del mapa interactivo de visualización y búsqueda se utilizaron los 883 lugares que presentaban la totalidad de los datos requeridos para el proceso de geolocalización y secuencia temporal.

En el caso de diplomas que entregan la locación y datación según el mes y que carecen de día especifico de emisión o concesión, se le ha asignado una fecha tentativa según la ubicación de la corte a propósito de otros diplomas. Este estimación no comprende un intento de precisar la fecha exacta del diploma para efectos historiográficos, sino para ingresar a la base de datos locaciones cuya ausencia distorsionaría la visualización de la itinerancia regia.

El marco temporal de los mapas que visualizan los movimientos de Alfonso VIII en este proyecto, se extiende desde noviembre de 1159 hasta octubre de 1214. A diferencia de la fecha que cierra el rango temporal de este proyecto, determinar la fecha de inicio es un asunto más complejo. Gonzalo Martínez Díez señala que el reinado de Alfonso VIII fue el más largo en la historia de Castilla: «Nada menos que 56 años, desde 1158 hasta 1214, será titular de la realeza…» (p. 23). Sin embargo, para los efectos de nuestra investigación sobre la itinerancia regia, estas fechas merecen ciertas precisiones. Tras la muerte de Sancho III el 31 de agosto de 1158 en Toledo, el reino castellano quedó en manos de Alfonso, un niño de apenas dos años y nueve meses. Aunque la voluntad de Sancho III era que su hijo fuera tutelado y educado por un regente hasta comenzar el decimoquinto año de su vida, el primer diploma que podemos atribuir con certeza a Alfonso VIII es el número 51 de la colección de Julio González, fechado en noviembre de 1159 en Burgos.

Este diploma marca el punto de partida de nuestra base de datos, ya que es el primer documento que nos permite localizar de manera precisa la presencia de Alfonso VIII, quien ya ostentaba el título de rey. A pesar de su minoría de edad, entre 1159 y 1169 Alfonso firmó diplomas importantes que forman parte de su itinerario, aunque aún estuviera bajo la tutela de diversos nobles. Alfonso alcanzó la mayoría de edad en 1169, y su reinado se extiende hasta su muerte el 5 de octubre de 1214 en Gutierre Muñoz, última ubicación registrada con certeza y que constituye el cierre de nuestra base de datos.

La fase de despliegue computacional del proyecto correspondió a una aplicación desarrollada en la plataforma R utilizando el paquete Shiny, diseñada para explorar y visualizar datos geoespaciales de forma interactiva. La aplicación carga la información desde la base de datos establecida en la fase previa, realiza transformaciones para asegurar que los tipos de datos sean correctos, y ajusta formatos en relación con la estructura de coordenadas geográficas y fechas. La interfaz de usuario incluye filtros para el año y el lugar, permitiendo al usuario refinar los datos mostrados. Los datos filtrados se presentan en una tabla interactiva creada con el paquete Reactable, que ofrece funcionalidades como búsqueda, paginación y selección de filas. Paralelamente, se muestra un mapa interactivo utilizando Leaflet, donde las ubicaciones se marcan y, al seleccionar un marcador, se muestra información detallada y una imagen si está disponible. Además, incluye un mapa de calor para visualizar la densidad de las ubicaciones.

La lógica del servidor garantiza que tanto la tabla como el mapa se actualicen dinámicamente en respuesta a los filtros y a la interacción del usuario. Al seleccionar una fila en la tabla, el mapa se centra en la ubicación correspondiente, mejorando la interactividad entre ambos componentes. La aplicación utiliza la programación reactiva de Shiny para responder en tiempo real a las entradas del usuario, ofreciendo una experiencia fluida y eficiente en la exploración de los datos. En conjunto, esta aplicación es una potente herramienta para el análisis y visualización de datos geoespaciales, integrando manipulación de datos, visualización interactiva y una interfaz amigable en un solo entorno.

El enfoque multidisciplinario en la investigación sobre la historia de la monarquía considera la aplicación práctica de la emergente disciplina de las humanidades digitales como una invaluable herramienta de análisis sobre el fenómeno de la itinerancia regia. Ha sido un proyecto muy desafiante como explica el profesor Caro, porque ha implicado “la búsqueda e integración de datos históricos dispersos y a veces contradictorios que se han enfrentado mediante la combinación de métodos de investigación histórica, filológica y geográfica. Asegurar la claridad y utilidad de las visualizaciones ha requerido también procesos de testeo iterativos”.

El proyecto se encuentra en una fase inicial que comprende la publicación de un sitio web que dispone una visualización interactiva de los mapas con campos de búsqueda por fecha y lugar. La segunda etapa implica una mejora en la información que entrega la plataforma a partir de la experiencia de usuarios, así como la formulación de las primeras observaciones historiográficas sobre los patrones de la itinerancia de Alfonso VIII que puedan surgir a partir de la interpretación de los mapas. La etapa final del proyecto contempla una publicación académica y la aplicación de esta visualización de mapas a otros reinados.

El proyecto en esta primera etapa se despliega en este sitio web en tres secciones: un breve Estudio a modo de introducción; el Itinerario del rey con las fechas, locaciones y referencias y finalmente la visualización interactiva del Mapa. Los botones para ingresar a cada una de estas secciones son imágenes de un signo rodado, un sello de cera y una moneda de Alfonso VIII, respectivamente.

Invitamos a los usuarios de este proyecto a interactuar con los mapas y utilizar el formulario de contacto en esta pagina para realizar preguntas, sugerir correcciones y proponer mejoras.