La famosa catedral gótica recuperó su majestuosidad gracias al trabajo de dos mil personas
Macron muestra las primeras imágenes de Notre Dame restaurada tras el incendio que la destruyó en 2019
Aún más bella que antes, con el resplandor de sus piedras rubias y los colores vibrantes de sus capillas», destacó el presidente francés Emmanuel Macron, tras la primera visita a pocos días de la apertura oficial de la la catedral de Notre Dame de París el próximo 7 de diciembre. Se trata de una de las mayores obras del arte gótico medieval y, por eso, su construcción se demoró tanto: entre 1163 y 1345. El incendio que la afectó en 2019 destruyó parte importante de su estructura y ornamentación, que tras un prolijo trabajo de cinco años, logró volver a abrir sus puertas.
Arte y arquitectura
Para su restauración se emplearon tecnologías como el escaneo 3D para garantizar la fidelidad al diseño medieval. Gracias a las donaciones de grandes empresas y particulares el costo del proyecto superó los 700 millones de euros (721.651.000.000 millones de pesos). En la restauración trabajaron dos mil personas, entre carpinterios, arquitectos, arqueólogos, entre otros profesionales y artesanos. «Con los casi 300 años que duró su construcción y la serie de reparaciones que ha tenido y que documentan la mirada de los siglos sobre el arte y la arquitectura occidental», destaca el curador de la Universidad de Chile, Gonzalo Arqueros.
Roble
El techo fue lo más afectado y se utilizó roble francés para replicar las vigas y la estructura de madera medieval dañada. Cristián León, arquitecto y académico del Laboratorio de Humanidades de la Universidad San Sebastián, agrega que también se restauró la Bóveda Central que durante el incendio se cayó y toda la estructura de madera de castaño y roble se quemó. «Además, se reconstruyó la Aguja del Crucero, que no era la original, pues era una restauración realizada por el arquitecto francés Viollet le Duc en el año 1843», resalta.
Obras salvadas
Muchas de las esculturas de la fachada se dañaron, aunque la piedra y las vidrieras sobrevivieron en su mayoría, como los rosáceos de las tres fachadas principales. Previo al incendio, agrega León, muchas esculturas fueron retiradas por mantención y se lograron salvar los vitrales originales que también resistieron el siniestro. «Otro elemento que se cayó, pero que no se quemó, es el Gallo, un elemento emblemático de las iglesias y catedrales porque representa el amanecer, la venida de Cristo al mundo y la Traición de Pedro», menciona.
Restauraciones
El órgano principal fue desmontado y reparado, así como varios objetos litúrgicos como candelabros y crucifijos. La piedra de la catedral fue tratada para eliminar la suciedad acumulada y reparar los detalles arquitectónicos, mientras que el famoso rosetón de la fachada principal fue mejorada con técnicas de restauración de vitrales. «El mayor desafío tiene que ver con la compatibilidad entre los materiales y métodos tradicionales y modernos», destaca Andrea Ortega, académica Escuela de Arquitectura UDP.
